En la clínica de la radio y la televisión

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¿Queremos conocer donde nos fabrican?
¿Queremos conocer a quien nos fabrica?

En la Clínica de la radio y la televisión,
en la Clínica de la radio y la televisión.
Nos faltan piezas,
Nos faltan piezas.
Nos faltan piezas,
Nos faltan piezas.

En la Clínica de la radio y la televisión,
en la Clínica de la radio y la televisión.
Nos faltan piezas,
Nos faltan piezas.
Nos faltan piezas,
nos faltan ...

Mi cabeza es insustituible,
mi cabeza es insustituible ...
Mi cabeza es insustituible,
mi cabeza es insustituible ...

En la Clínica de la radio y la televisión,
en la Clínica de la radio y la televisión.
Nos faltan piezas,
Nos faltan piezas.
Nos faltan piezas,
nos faltan ...

Mi cabeza es insustituible,
mi cabeza es insustituible ...
Mi cabeza es insustituible,
mi cabeza es insustituible ...
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Acuda donde acuda siempre encuentro las mismas explicaciones sobre esta canción: crítica a la sociedad moderna que nos trata y educa como autómatas en general y a la industria discográfica en particular, etc. Sólo una vez encontré en un foro perdido una explicación complementaria más que sustituva que, sin saber si era cierta o no, me sedujo al instante: allí comentaban que cada vez que el grupo rompía alguno de los instrumentos, acudían a repararlos y buscar piezas a una tienda zaragozana ya desaparecida llamada... tachán tachán... Clínica de la radio y la televisión. ¿Realidad o ficción? Yo sólo sé que encontré esta foto:
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¡Hasta pronto niños gusano!

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No tengo el placer

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EL AYUDANTE DE LA MAGA
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Yo antes besaba a las mujeres como besan los creyentes a los muñecos de madera o escayola que hay en las iglesias, con fe ciega, porque así se tienes que hacer. Yo ahora a María la beso con todo, todo tu hijo besa a María.
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LAS BESTIAS
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(...) observaban a Pilar para establecer un canon. A partir de Pilar no hay nada. Ella era como el Everest. Una vez allí sólo se podía mirar hacia abajo.
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EL FANTASMA
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Somos un libro mal escrito que no para de venderse.
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LA MÚSICA POP
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Lo de ser Dios me viene de familia, por parte de padre.
(...) hace tiempo que, enfurecido por el trato de preferencia que mi padre, vamos, Dios, daba a mi hermano, fui a casa y le prendí fuego con ellos dentro. Murieron y la gente siguió su vida como si nada. Les siguen hablando y actúan delante de ellos como Norman Bates delante de su madre en Psicosis.
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TODOS SOMOS SERGIO ALGORA
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Nuestro nombre lo es todo. No puedes olvidar el nombre, no puedes olvidarte de ti mismo pues no hay otra cosa en este mundo. Sergio Algora. Todos somos Sergio Algora.
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Fragmentos extraídos del libro póstumo de relatos No tengo el placer, escrito por Sergio.
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Algoreando

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"En cierta ocasión Sergio me contó que estaba en el bar y de repente alguien entró avisando de que había un fuego en un portal al final de la calle. Al momento Sergio le dijo a Borja: "¡Coge la cubitera del champán, llénala de agua y sígueme!" Borja se pensaba que era una broma de Sergio. Así que iban los dos por la calle con sendas cubiteras y Borja le decía a Sergio: "Como me la tires encima, te tiro la mía, eh?" Llegaron al portal, arrojaron el agua, se levantó una humareda, salieron medio asfixiados y esperaron a los bomberos.
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Sergio terminaba la historia diciendo que unas francesas que pasaban por allí les habían hecho una foto a los dos todos sonrientes, haciendo el saludo militar, cada uno con una cubitera en la mano delante del coche de bomberos, con el portal de fondo echando humo. Y que la foto había salido publicada al día siguiente en periódico.
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Yo sospecho que lo del periódico era parte de esa "realidad aumentada" en la que Sergio solía vivir. Sin embargo, cada vez que pienso en él la primera imagen que se me viene a la cabeza es ésa. Y es que es verdad que Sergio apagaba incendios con champán".
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Escrito por Francisco Nixon en su blog.
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Pelícano

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Una vez que puse mi mente hecha pedazos
en la máquina de exprimir naranjas
salió un líquido blanco que servía
como combustible para cualquier nave.
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Pelícano con ruedas, come hierba donde quieras,
y estarás bien, estarás bien, estarás bien ...
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¡Y bajó el sol a decir que no!
¡Y bajó el sol a decir que no!
¡Y bajó el sol a decir que no!
¡Y bajó el sol a decir que no!
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Ahora que a tus viajes me arrastras del pelo,
pelícano con ruedas, come hierba donde quieras,
y estarás bien, estarás bien, estarás bien ...
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¡Y bajó el sol a decir que no!
¡Y bajó el sol a decir que no!
¡Y bajó el sol a decir que no!
¡Y bajó el sol a decir que no!
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Ahora que mi vida se ha convertido en cuento,
pelícano con ruedas, come hierba donde quieras,
y estarás bien, estarás bien, estarás bien ...
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Comenzaré mi andadura sergioalgorítmica con Pelícano, primera canción del primer gran disco de la primera banda de Algora, El niño gusano. Pongo el listón alto ya que dicha canción puede resultar indescifrable en una primera ojeada y/o escucha, pero todo tiene un porqué (y si no, se inventa).
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Recurro al propio Algora en mi personal traducción. En la décimotercera pregunta de esta interesante entrevista al cantante, comenta algo así como: "Una vez que puse mi mente hecha pedazos, en la máquina de exprimir naranjas, salió un líquido blanco que servía, como combustible para cualquier nave = Todo lo pensaba desde mis testículos, y con la mente en blanco me corrí sobre la chica que amaba". En serio o en broma (que Algora de bromista tenía mucho), sí que es cierto que Sergio solía introducir la canción en los conciertos diciendo algo así como "ahora vamos a cantar otra de amor"... ¿y qué mayor muestra de amor que ofrendar tu esperma ante el objeto amado?
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A partir de aquí todo viene rodado; el larguirucho y fálico pelícano con ruedas (=testículos) debe comer hierba (=coño con pelambrera apropiadamente recortada) para estar bien. Y por lo visto el pelícano debía estar muy bien en su canción, debía de sentir la mejor sensación del mundo (Moulin Rouge dixit): amar y ser correspondido. Pues su vida se ha convertido en cuento, y su pelícana le arrastra del pelo en los viajecitos (=polvos).
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Más de aquellos polvos vinieron estos lodos, y bajó el sol a decir que no, el sol/realidad/amanecer cotidiano que les despiera en el lecho de su orgásmica algorabía sexual para bajarlos a la tierra y a esa rutina tediosa que termina acabando con muchas relaciones amorosas de la peor forma posible: trágicamente no trágica y rutinaria.
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